Análisis
Le toca al ataque estadounidense contra los túneles yemeníes de unos días atrás...
El contexto es bien conocido, los rebeldes yemeníes (mal llamados Houties) están creando un gran quebradero de cabeza a EEUU y aliados por el órdago que les están planteando a diaria en la forma de ataques contra el tráfico marítimo en la entrada y salida del mar Rojo, algo que por ahora ni EEUU ni aliados han conseguido sofocar.
Este hartazgo ante la impotencia para solucionar el conflicto por vías militares llevó al Pentágono a lanzar una serie de ataques singulares contra los túneles subterráneos yemeníes donde, en teoría, se alojaba lo que tienen peligroso para el resto de la comunidad internacional, según Washington.
En esas estaban cuando el 16 de octubre del 2024 se anunciaron los ataques:
En el comunicado de prensa el CENTCOM (Comando Central estadounidense) anunciaba que se lanzaban ataques contra intereses de los Houties yemenies en territorio yemení y que en estos ataques participaron bombarderos stealth B-2A Spirit, algo que hizo que todos girásemos la cabeza y prestásemos más atención de lo habitual a este conflicto.
Como siempre sucede, unos criticaban u otros alababan la intervención del B-2A en un conflicto menor, como es el yemení. A fin de cuentas un avión que cuesta miles de millones cada uno parece un exceso para este escenario pero la pregunta es, no es demasiado utilizar B-2A contra objetivos en Yemen ?
Y la respuesta es, no, porque depende de las circunstancias y estas no sólo tienen que ver con qué hay delante tuyo sino qué vas a llevar a cabo, y en esto último es donde el B-2A quizá fuese la mejor opción para el Pentágono.
Entonces, por qué el B-2A ?
Cuando pensamos en el B-2A lo primero que nos viene a la cabeza es su furtividad, su stealth. Siempre se tiende a poner sobre la mesa esa capacidad como el perejil de todas las salsas. Si se envía el B-2A es porque en el escenario donde vaya a ser empleado hay una amenaza de defensa aérea que necesite de esa característica tecnológica de este avión para salir airoso pero hay otras cosas que también disfruta el B-2A y que no tienen mucho que ver con lo más avanzado sino con capacidad de uso de determinadas armas.
En este caso es por esto último por donde van las cosas. En B-2A es un aparato stealth que en el escenario yemení va sobrado en base a esas tecnologías y no sería necesario tanto para penetrar en ese espacio aéreo pero, en cambio, el B-2A sí disfruta de una capacidad que era necesaria a la hora de atacar los túneles subterráneos yemeníes y es su bodega de armamento, ideal para alojar en ella y luego lanzar los enormes penetradores que tiene en servicio EEUU.
Por lo tanto, aquí más que buscar un diseño stealth que penetre una defensa avanzada (que también) se buscó un avión que pudiese portar con seguridad un arma capaz de desafiar las defensas naturales de las montañas yemeníes o al menos intentarlo. Ese arma es la bomba antibunker GBU-57, la que veis en la anterior foto.
El asuntillo con la GBU-57 es que se trata de un "muerto" muy grande y necesita de unas capacidades de volumen y peso de carga que no están al alcance de la avión táctica, de ahí que se pusiese sobre la mesa el B-2A que no tiene problema para utilizarlas.
Y eso hizo...
Y hasta ahí la información oficial, digamos.
Las especulaciones y rumores sobre qué se atacó fueron todas. Dos instalaciones yemeníes se llevaron todas las papeletas:
1ª Al sureste de Sadah donde hay una red de túneles subterráneos en las montañas
2ª Al este de la capital, Sanaa
Lo que se ha podido comprobar, más allá de las afirmaciones de cada bando, es que este último túnel sí ha visto un cambio significativo en las imágenes satélite antes y después del ataque del 16 de octubre del 2024. Luego podemos pensar que esta instalación si fue atacada:
Se aprecia, aunque sea a baja resolución, un derrumbe en parte de la carretera que da acceso a la entrada del túnel, lo que nos puede indicar que parte de la colina colapsó tras el ataque estadounidense.
Siempre que hablamos de este tipo de instalaciones decimos lo mismo, que se ataquen los accesos o que haya derrumbes en las colinas no significa que la instalación haya sido destruida...para eso se construyen en profundidad en las montañas. En este caso podemos hacernos una idea dando 400 mts de profundidad al túnel:
En este ejercicio que hacemos vemos que a máxima profundidad hay 160 m de roca sobre el túnel y eso no es posible penetrarlo con armamento convencional, ni de cerca.
Por lo tanto, no sabemos qué ha pasado, no hay forma de comprobarlo, pero a poco que el túnel penetrase en la montaña el blindaje natural que esta ofrece es tan grande (100 m de espesor a 250 m de la entrada) que hace pensar que lo que sea que se refugiaba en el habrá sobrevivido al ataque de las GBU-57, que ofrece unas decenas de mts de penetración contra roca dura.
Esta es la razón por la que Corea del norte, Irán, Yemen...todo el que tiene esta Espada de Damocles sobre sí construye este tipo de instalaciones para sobrevivir a este tipo de ataques.
Si aparece nueva información actualizaré la entrada.
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